martes, 13 de septiembre de 2016

117. UN DIAMANTE EN BRUTO


Un diamante en bruto
Fatima Amezkua, responsable de comunicación de la Asociación Laztana, julio 2016
Un diamante en bruto no parece gran cosa a simple vista. Solo quienes los conocen bien saben reconocerlos, valorarlos y transformarlos en algo hermoso y muy valioso. El caso que voy a relatar es precisamente la historia de uno de esos diamantes, una historia de lucha y superación, de valor y constancia con final feliz.
Lucía (nombre ficticio) fue un bebe aparentemente normal. Hacia el año de edad pasó de arrastrarse sentada a empezar a caminar, nunca gateó. Pronto empezó a mostrar reacciones exageradas frente a la frustración o frente a cualquier cambio en su entorno que escapara de su control.  Entre los 2 y los 5 años cualquier hecho inesperado  que la contrariase desataba una rabieta extrema que podía durar hasta 2 horas. Nunca era por un capricho sino algo externo que la desconcertaba y perdía el control hasta el punto de volverse agresiva con sus propios padres. Cuando el berrinche terminaba se sentía mal y no comprendía porque se había comportado así con quien más quería. Otras cosas que llamaron la atención de sus padres es que no parecía sentir dolor ni tampoco frío o calor, o al menos no en el grado que sería de esperar. No se le daban bien los juegos de pelota, pero patinaba muy bien y andaba en bici. Tenía problemas de pronunciación por lo que estuvo yendo al logopeda de los 5 a los 7 años sin lograr avances significativos. En infantil no conseguía aprender el nombre de los niños y niñas de su clase, le costó mucho asociar cada color con el nombre que lo designa (azul, rojo, verde…), escribía letras y números en espejo, pero…  cada niño tiene su ritmo decía su profesora.
Todo el que la conocía decía que era una niña muy lista y resuelta, sin embargo, al empezar la Primaria llegaron los problemas en el cole. Ya en primer y segundo curso parecía no rendir lo suficiente, le costaba muchísimo la lecto-escritura aunque tenía buena comprensión lectora, no conseguía identificar fonema y grafema, cometía omisiones, sustituciones, inversiones, escritura en espejo incluso copiando un texto…  Le costó mucho aprender el nombre de los números (no así su manejo conceptual), no conseguía aprender series como los días de la semana o los meses, ni tampoco su fecha de cumpleaños, teléfono de casa, etc.  Se distraía frecuentemente y parecía estar atenta a todo a la vez pero sin concentrarse en nada. Con 8 años aun no se ubicaba en el tiempo, no sabía en qué momento del día estaba, palabras como “mañana, el próximo martes, o ayer” no eran significativas para ella. La profesora consideraba que era vaga y no se esforzaba. Sus padres, sin embargo, la conocían bien. Sabían de su curiosidad constante acerca del mundo que le rodeaba, sus libros favoritos -que leían para ella- trataban sobre el porqué de las cosas, sobre las ciencias de la naturaleza, le encantaba aprender cosas, observar, desmontar mecanismos, comprender cómo funcionaban y volverlos a montar, creaba pequeños artilugios que inventaba con materiales de reciclaje, dibujaba muy bien para su edad y tenía una enorme creatividad. No es el perfil de  una niña “vaga”, es más, no creo que a esa edad haya niños o niñas vagos  porque en su naturaleza está aprender y disfrutar haciéndolo. Y no me refiero solo a los aprendizajes escolares sino también a aprender a controlar sus emociones, su comportamiento, su forma de relacionarse con los demás, etc. Pero para eso deben disponer de un cerebro y sistema nervioso suficientemente maduro y desarrollado como para poder responder a los retos que la escuela y la vida les presentan. Por otra parte, Lucía era cada vez más consciente de su lentitud para hacer cualquier ejercicio en clase, su torpeza al leer (saltaba de línea, leía palabras de atrás a adelante, inventaba el final de las palabras…), los deberes eran una tortura, no conseguía memorizar las tablas de multiplicar… y algunos de sus compañeros empezaron a tildarla de “tonta” cosa que llegó a creerse. Su autoestima se vino abajo y sus padres luchaban día a día por sacarle una sonrisa e intentar que al menos en casa se sintiese segura y valorada.

A los 8 años llevaron a Lucía a un centro para que le hiciesen un reconocimiento lo mas integral posible para detectar qué problemas tenía y cómo podían ayudarla. Cuando llegó el primer diagnóstico se sintieron desbordados: gran déficit de atención con alta impulsividad, dislexia fonético-fonológica, problemas con la memoria de trabajo, muy baja velocidad de procesamiento mental,  lateralidad cruzada ojo-mano, problemas de discriminación auditiva con hiperacusia en unas frecuencias e hipoacusia en otras (resultó que no pronunciaba bien no por problemas de articulación sino porque no distinguía auditivamente algunos fonemas), agudeza visual normal pero con  muchos problemas de visión (de convergencia, acomodación, visión binocular ineficaz, problemas con los movimientos sacádicos y de re-seguimiento, …), también tenía problemas de coordinación motora y de integración sensorial, así como un alto grado de ansiedad y baja autoestima. Complementando el estudio con otra especialista se detectó también que tenía todos los reflejos primitivos sin integrar y muy activos[1] lo que impedía la correcta maduración de muchas áreas de su cerebro y la adecuada conexión entre las mismas (cerebelo, ganglios basales, sistema límbico, córtex prefrontal). Por otro lado, otra doctora especializada en déficit de atención y trastornos de la lateralidad, diagnosticó que su cerebro se encontraba aun en una etapa pre-lateral del desarrollo funcionado como homolateral alternante, no tenía desarrollado del patrón contralateral y la actividad de su cuerpo calloso era escasa, sus hemisferios cerebrales no se comunicaban adecuadamente. Había mucho sobre lo que trabajar. La buena noticia es que todo era consecuencia de un solo problema: un desarrollo incorrecto del sistema neuro-senso-psico-motriz y, afortunadamente, existen terapias de estimulación neurológica que, junto con algunos tratamientos biológicos, corrigen o minimizan estos problemas sin hacer uso de fármacos. Se requiere constancia y disciplina pero los resultados merecen la pena.

Muchos niños y niñas afrontan diariamente sus vidas con este tipo de  “mochila” a cuestas y la mayoría ni si quiera están diagnosticados. Hay múltiples causas que pueden provocaralteraciones en el desarrollo neurológico infantil. Se sabe, por ejemplo, que los niños adoptados tiene una mayor probabilidad de sufrirlas -aunque no siempre sea así- como consecuencia de las carencias físicas y emocionales, falta de estímulos sensoriales y motrices o por intoxicaciones de sustancias que pasan al bebe desde la madre biológica vía placenta (metales pesados, alcohol, drogas, radiaciones...). En el caso de otros niños, los problemas pueden deberse a que no haya hecho el suficiente ejercicio de suelo para lograr una buena maduración cerebral, o que su cuerpo no sea capaz de eliminar correctamente los cientos de tóxicos a los que estamos expuestos, o consecuencia de alguna infección vírica durante el embarazo. Otras veces la causa es desconocida. En cualquier caso, los problemas que se originan son muy semejantes y sólo tratando su causa (y no solo los síntomas que provoca) podremos ayudar a estas criaturas y sus familias a superar sus problemas y brindarles las oportunidades que merecen.

En esta situación, contar con la ayuda de alguna asociación especializada que sirva de guía en el proceso es fundamental para sentirse acompañado y respaldado por la experiencia de otras familias. En palabras de la familia de Lucía, “el apoyo y orientación que nos ha brindado la asociación Laztana[2] durante estos años ha sido fundamental para recorrer este camino, para comprender a nuestra hija y saber ayudarla. Siempre le estaremos agradecidos y por eso prestamos este testimonio para poner un poco de luz y esperanza en tantas familias que seguro están pasando por situaciones similares. Queremos compartir nuestra alegría y contribuir a dar a conocer estas terapias tan eficaces para superar este tipo de problemas y ofrecer a nuestros hijos e hijas una vida mejor y más feliz”.

Volviendo al caso de Lucía, la mayor parte de las terapias que realizó fueron en paralelo con los cursos de 3º y 4º de Primaria que resultaron duros y con unos resultados escolares muy ajustados. Como relata la familia, fueron años agotadores con casi una hora de trabajo diario en casa para aplicar las distintas terapias, mas el colegio y los deberes que seguían ocupando mucho tiempo y esfuerzo. A lo largo de poco más de dos años realizó las siguientes terapias: ejercicios diarios de reorganización neurológica para integrar el patrón contra-lateral, lograr la sincronización de sus hemisferios cerebrales incrementando la actividad de su cuerpo calloso y mejorar su lateralidad (diario, 2 años); terapia BRMT o TMR[3] de integración de reflejos primitivos (diario, 2 años); terapia visual[4] (diario, 8 meses); terapia reeducación auditiva Berard[5] (2 sesiones de 15 días cada una, una al inicio y otra año y medio después); terapia psicológica (1 sesión semanal durante año y medio). Aproximadamente a los 8 meses de iniciar las terapias se le aconsejó empezar una dieta libre de gluten y caseína lo que mejoró sustancialmente el rendimiento de las otras terapias.      

Tras unos 6 u 8 meses de trabajo empezaron a notarse los resultados. La niña estaba mucho más relajada y con mayor capacidad de atención, su nivel lector también mejoró mucho. Al año de iniciar las terapias se le diagnosticó también una intoxicación severa por metales pesados (mercurio, plomo, cadmio, aluminio y plata) que su cuerpo no era capaz de eliminar y que afectaban a su funcionamiento neurológico. Inició un tratamiento con quelantes para ir eliminando progresivamente esos metales de su cuerpo junto con suplementos de vitaminas y minerales de los que tenía carencias. Después de dos años de terapias era otra niña en todos los sentidos, o más bien, era la niña que siempre estuvo ahí pero que no podía florecer. Las terapias acabaron en el primer trimestre de quinto curso de Primaria y, después de haber terminado, la niña continuó mejorando pues el proceso de maduración cerebral ya estaba desencadenado y sin trabas, caminaba por sí solo. Terminó el curso con todo notables y algún sobresaliente, siendo una de las niñas más atentas, trabajadoras e incluso rápidas de la clase para sorpresa del profesorado que dos años atrás no hubiera creído posible esta evolución.

Sigue siendo disléxica pero incluso muchos síntomas que Lucía tenía que se asocian a la dislexia y que hacen de ésta una condición aun más compleja, desaparecieron. La dislexia es también un don y, posiblemente gracias a ella, Lucía tiene una creatividad impresionante, alta capacidad de visión espacial, gran habilidad para resolver problemas analizando la situación desde diferentes ángulos de una forma integral, es capaz de ver lo que a otros se nos pasa por alto, tiene grandes dotes artísticas y un futuro prometedor.

Lucia es una niña responsable y trabajadora y ha aprendido una lección más valiosa para la vida que cualquiera de las que aparecen en los libros de texto. Lucía sabe lo que significa el esfuerzo y sabe valorar lo que ha logrado. Es una niña feliz que a menudo grita “¡Soy la mejor!” y tiene razón.  Llegará donde se proponga porque alguien creyó en ella y supo descubrir ese diamante en bruto y encontrar a quienes podían enseñarles las herramientas para pulirlo y dejarla, por fin, brillar.     



[1] Qué son los Reflejos Primitivos: http://www.blombergrmt.es/reflejos-primitivos/
[2] Asociación LAZTANA: http://www.asociacionlaztana.org 
[3] BRMT o TMR (Terapia de Movimiento Rítmico del Dr. Bloomberg):http://www.blombergrmt.es/brmt/
[5] En qué consiste el método Berard de reeducación auditiva:http://www.es.berardaitwebsite.com/metodo-berard/por-que-hacer-ait-de-berard/

jueves, 4 de junio de 2015

116. ADOLESCENTE DE 14 AÑOS CON OJO VAGO POR MIOPÍA ALTA. LA TERAPIA VISUAL TAMBIÉN FUNCIONA A ESTA EDAD.


Testimonio enviado por Rosa, optometrista comportamental de Consciencia Visual, publicado en su blog Visión y Aprendizaje

A Jaime trataron de ayudarle con parche con 5 años para recuperar el ojo que tenía 13 dioptrías de miopía. La diferencia era tan grande que le dijeron que realmente nunca llegaría a usar ese ojo y desistienron de seguir ningún tratamiento.

Pero casi 10 años después, los padres de Jaime, no dándose por venicidos de que su hijo nunca llegara a utilizar ese ojo, vieron una ventana abierta al conocernos a través de una recomendación.

Siempre se ha dicho que hay una "período crítico" para la estimulación (hasta los 6-8 años de edad), donde el cerebro es más plástico y se pueden conseguir mejoras, y que pasada esa edad, dichas mejoras son más complicadas de lograr e incluso imposibles. Jaime demuestra que no es así, y que pasados los 8 años se sigue estimulando el cerebro. Sólo hay que saber hacerlo. El parche no es la solución.
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Hola, somos Isabel y Juan Carlos, los padres de Jaime y vamos a contar la experiencia de nuestro hijo con Rosa y Estíbaliz. 

A diferencia de la mayoría de los niños pequeños que se ven en la consulta, nuestro hijo comenzó la terapia en plena adolescencia, con 14 años, ahora que tiene 16 y 1,80 de estatura desentona en la sala de espera rodeado de juguetes y cuentos infantiles. 
Jaime tiene una miopía altísima en su ojo derecho, debido a ello él, desde que nació, usó sólo su ojo izquierdo con el que sí veía perfectamente y su ojo derecho quedó totalmente vago, prácticamente inutilizado. 

Cuando detectamos el problema, a los 5 años, el primer oftalmólogo al que lo llevamos prácticamente nos dijo que trabajaríamos un poco el ojo derecho pero que había muy poco que hacer, que era mayor para recuperarlo y que con la diferencia de graduación tan grande que tenía entre los dos ojos era imposible que pudiera llegar a usar el ojo derecho. No quisimos aceptar esto y acudimos a otra consulta, aquí también dijeron que era muy difícil la recuperación del ojo pero que trabajarían todo lo posible para que alcanzara la máxima agudeza visual posible. Jaime estuvo varios años llevando un parche en el ojo izquierdo (su ojo bueno) y llegó a desarrollar una agudeza próxima al 60% en el ojo derecho, pero nunca vio con los dos ojos. En este punto nos dijeron que había alcanzado el tope de recuperación y que seguiría viendo sólo con su ojo izquierdo, pues ya era imposible que pudiera utilizar los dos ojos a la vez sin que el ojo derecho estorbara al izquierdo. 

 Mientras, Jaime tenía dificultades en el colegio, sobre todo en lo relacionado con la lectura (muy lenta), escritura y ortografía. Tardaba muchísimo en estudiar cualquier cosa, le era muy complicado localizar partes de textos… Daba la sensación de que no había aprendido a leer de forma correcta y esto le entorpecía en todo lo demás. Según crecía estas dificultades se iban acentuando y pasaba horas y horas de trabajo sin obtener unos resultados en consonancia. 

En tercero de la ESO, una amiga cuyo hijo iba a la consulta de Rosa nos la recomendó, así que pedimos hora y tras la primera cita decidimos ponernos en sus manos. Rosa nos explicó que las dificultades en los estudios de Jaime se debían a sus problemas de visión y a la lateralidad cruzada que tenía debido a que su ojo dominante (izquierdo, por necesidad) no coincidía con su mano dominante (derecha) y que podía trabajarse para optimizar el funcionamiento de los dos ojos, tanto de forma separada como conjunta. Así que hemos estado casi dos años trabajando con Jaime, con consultas con Rosa y Estíbaliz cada 3 semanas y ejercicios en casa que nos llevaban casi una hora 5 días a la semana. 

Jaime ahora lleva lentilla en su ojo derecho, antes, aunque lo habíamos intentado él se negaba, porque le distorsionaba y molestaba y no veía ninguna ventaja. Todavía no es capaz de fusionar las imágenes (aunque seguimos trabajando en ello), pero sí hemos notado que es menos lento, que ha sido capaz de estudiarse exámenes en un tiempo que antes era imposible, que capta mejor los contenidos. Pero sobre todo lo más llamativo es cómo ha desarrollado la agudeza visual de su ojo malo hasta unos niveles prácticamente normales, si él tuviera ahora un problema en el ojo bueno podría llegar a hacer una vida normal, incluso conducir, usando sólo el ojo malo. 

En el colegio nos pidieron que le hiciéramos una valoración oficial de la vista en la seguridad social. Cuando fuimos a consulta la oftalmóloga nos dijo que no se podía creer que con la discrepancia tan grande de graduación que tenía en los dos ojos pudiera tener la agudeza visual que tenía, que ellos esos casos los dan prácticamente por perdidos, que nos felicitaba y que siguiéramos trabajando así y que si le podíamos decir con quién estábamos trabajando, que tomaba nota del caso y se lo apuntaba porque nunca había visto nada igual. Por supuesto que le dimos el nombre de Consciencia Visual. 

Desde luego salimos de la consulta con la certeza y satisfacción de que todos los esfuerzos habían sido bien empleados, lo que sentimos es no haber empezado mucho antes. Es difícil valorar las repercusiones que puede seguir teniendo en la forma de estudiar, antes trabajaba mucho y no le cundía, ahora está más vago, sigue teniendo una mala comprensión lectora y ortografía, pero sí hemos notado que ahora es capaz de estudiar más cantidad en menos tiempo. Necesita aprender a organizarse y estudiar más a diario pero eso son ya otros problemas… 

Lo que nos da mucha pena es que estas terapias sean tan desconocidas, que los oftalmólogos no nos remitan a ellas y que den los casos por perdidos. Por nuestra parte prometemos hacer toda la publicidad posible. 
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Un caso que era perdido para los oftalmólogos con tan solo 5 años, y con 16 años ahora, no sólo ha aprendido a ver con ese ojo, sino que además a nivel grueso ambos ojos consiguen trabajar juntos sin que el ojo vago le entorpezca, ni su cerebro suprima su imagen. Y aún, actualmente, no cesan en su empeño, padres e hijo, y siguen trabajando por una visión mejor.

Estos padres eran MUY disciplinados y hacían todo lo que les decíamos. Un esfuerzo cuya recompensa les ha merecido la pena :) Bien por vosotros!!

miércoles, 10 de diciembre de 2014

115. QUIERO DAROS LAS GRACIAS



Escribo para daros las gracias porque si no hubiese encontrado vuestro blog hoy mi hija estaría dando tumbos con la medicación; probablemente e incluso hubiesemos incrementado los problemas.

Porque son siempre TDAH cuando no encajan en el sistema educativo? ??

Mi hija siempre tuvo problemas en el colegio para aprender, una niña muy curiosa y creativa e inteligente, pero que se distraía constantemente  en el colegio aunque yo me apañaba para sacarla adelante y conseguí incluso que jamás repitiese ningún curso. Algo que no comprendía porqué el colegio nada podía hacer si yo solita y con paciencia podía y yo no era una profesional de educación. Muchas profesoras intentaban buscar algún diagnóstico, me llegaron a decir que era disléxica, algo que nunca fue, sólo  una niña que se aburría en clase y sólo aprendía aquello que la interesaba. Fue una de sus profesoras la que me habló del TDAH que habiendo leído sobre ello  creía mi hija lo era y que mejoraría con la medicación.  Cuando me lo sugirió no me gustó para nada la idea. Y yo segui como hasta entonces ayudandola en todo hasta que llegamos a 4 de primaria y la situación fue insostenible más que nada porque había más hermanos a los que ayudar. Me negaba a crerlo pero ante la insistencia del colegio decidí hacerlas las pruebas; la primera psicóloga me dijo que solo tenía un poco de deficit pero nada más.  Así que la profesora me sugirió buscase una segunda opinión en un hospital con un neurólogo. Curiosamente de alli con cuatro preguntas y poco más salí ya con la receta para medicarla. Estuvo parte de 4 de primaria y en 5 se la quité por mi cuenta. Mi hija no era mi hija medicada, una niña alegre y simpática parecía un zombie triste, a parte de los cuantiosos cambios de humor y de las taquicardias en el corazón. Aquello me parecía una aberración y me negaba a creer que esa era la única solución,  fue cuando buscando otras alternativas por internet os encontré . Cuando os leí me sentí completamente identificada. Y por fin veía un poquito de claridad en mi lucha por buscar algo que no perjudicase la salud de mi hija.

Gracias a vosotros fui a ver a Eva Rodríguez  de TMR,  un encanto. Gracias a ella me derivó a una oculista que detectó que mi hija tenía las gafas mal graduadas con lo que perdía mucho tiempo en enfocar la pizarra y luego el cuaderno. Así que primer gran cambio que la hacía distraerse un montón. Con los ejercicios de TMR y siendo muy constantes fuimos viendo en cuestion de poco tiempo unos cambios espectaculares. De pronto mi hija comenzó a jugar sola por horas. Algo imposible antes en ella. También comenzó a colorear los dibujos y a LEER LIBROS, que antes no era capaz de hacer por su movilidad constante y su poca paciencia.

Cuando regresamos al colegio empezaron los cambios y de repente comenzó a estudiar y a aprobar por sí misma. Aunque aún nos costaba mucho esfuerzo. Fue cuando empezamos a ver sus verdaderos problemas con las materias que llevaba arrastrando desde hacia mucho: falta de hábito de estudio, falta de organización en sus tareas, etc. Y por fin nos pusimos a corregir estos problemas. 

Desde que dejó la medicación en 5 de primaria a 1 de la ESO curso actal, ha llovido mucho y por fin han empezado a dar sus frutos. Algo de lo que ella está muy orgullosa y yo como su madre también. No se adonde llegará pero de lo que sí estoy segura es de su completa felicidad y de que ahora ella domina su futuro.

(Mamá que prefiere mantenerse en el anonimato)

miércoles, 27 de agosto de 2014

114. LA MEDICACIÓN EN EL TDAH


Fuente: Pilar Vergara

Querid@s amig@s:
No se para de hablar del TDA y TDAH, de la medicación y como es normal hay opiniones para todo.
La mayoría conoce mi opinión por las publicaciones en Facebook y los comentarios que haya podido hacer, pienso que es un error que pagaremos caro en la siguiente generación y defiendo a capa y espada la investigación de cada caso a fondo e intentar ir a la causa del problema y no a la sintomatología.
Os dejo la carta de una madre con 2 hijos diagnosticados y uno de ellos tratado con pastillas. Entiendo que cada caso es distinto y no digo que no haya casos en que la medicación sea la única vía, pero también veo en mi consulta cada día con la ligereza que se diagnostica y se prescriben los fármacos, vamos a lo rápido y fácil, pero, ¿Eso significa que es la mejor solución para nuestros hijos? ¿No nos pesará el día de mañana?¿No nos paramos nunca pensar el tremendo interés que hay detrás de las farmaceúticas?
Os dejo con la carta y cada uno que se haga estas preguntas a si mismo, lo fácil es seguir la corriente y no pensar, lo difícil es enfrentarse a todos y plantarse.
 
A quien pueda interesar:
 A través de estas líneas, solo pretendo contar mi experiencia (mejor dicho, la de mis hijos), después de que los mismos hayan finalizado su terapia visual:
Soy madre de 2 niños, de 14 y 12 años de edad respectivamente. Los dos han sido diagnosticados de TDA,  la mayor con hiperactividad, y el menor, sin ella. Con ambos he tenido problemas de consideración en el colegio, afortunadamente sin fracaso escolar, pues tengo la suerte de que los dos son inteligentes y aprenden casi del aire, pero ello no ha impedido que en el cole se hayan visto relegados como los malos, traviesos, molestos, etc.… en el caso de mi hijo, con 9 años, le calificaban como el ”vago-revago”. Obvio decir como estaba la autoestima de mis hijos…, por los suelos.
Después de acudir a un gabinete psicológico con mi hija mayor (entonces tenía 9 años), de rellenar unos cuestionarios (padres y profesores) completados cuando más cabreada estaba con la situación, y de pasar la niña unos Test DSM, fue diagnosticada de TDAH. Al día siguiente ya le había prescrito medicación (Concerta). Lógicamente, comencé a darle la medicación, pensando que servía la solucionar un problema. Con el tiempo observé que sólo servía para mitigar y camuflar algunos síntomas (sobre todos el exceso de actividad física) pero continué medicándola por prescripción médica.
Poco tiempo después empezaron a surgir los problemas con mi hijo (en torno a los 8-9 años), actué de forma diferente (ya se sabe, de los escarmentados nacen los enseñados…). También fue diagnosticado de TDA (sin hiperactividad), a través de los cuestionarios y test DSM. Pero en este caso actué de forma diferente: me dediqué a buscar las causas del problema y soluciones, y no me fijé tanto en los síntomas.
Aquí es donde me llama la atención el artículo. Después de dar muchas vueltas, tuve la suerte de dar en mi ciudad (Albacete) con una Optometrista Comportamental que profundizó en los problemas de mi hijo, evidenciando la necesidad de una terapia visual que después se complementó, a raíz de una consulta con un prestigioso Neurólogo catalán (Dr. Ferré), con un tratamiento para integración de reflejos y estimulación del cuerpo calloso del cerebro para tratar el problema de lateralidad que se evidenciaba como causante de base. Todo se complementa con tratamiento psicológico para mejorar la autoestima del niño, ejercicios de atención y favorecer sus relaciones sociales, pues no olvidemos que a los 10 años la autoestima del niño era prácticamente inexistente, hasta el punto de adoptar la decisión de cambiarle de colegio, lo que fue un acierto.
Afortunadamente, la terapia ha comenzado a dar sus frutos y hemos evitado, en el caso de mi hijo, la medicación.
Tal es el caso que, a pesar de que mi hija estaba medicada y obtiene buenas notas en el cole, también en su caso he preferido profundizar en las causas del TDAH para buscar soluciones. Consulte con la Optometrista y con el mismo Neurólogo, quienes, después de muchas pruebas, me confirmaron casi lo que ya sabía: mi hija no tiene TDAH, ni existe motivo para medicarla con anfetaminas a diario (después de tres años de medicación). Tan sólo evidencia un problema de visión muy considerable (y tratable con la terapia visual oportuna), además de un problema de bloqueo probablemente causado por el excesivo estrés que sufrí durante la gestación de mis hijos y en sus primeros años de vida, causado por la pérdida de una hija anterior: los hijos no son ajenos a nuestros miedos y a nuestro estrés, incluso desde el momento de la gestación.
Actualmente, mi hija de 14 años ha finalizado su terapia visual y yo le he   suprimido la medicación sin haber notado demasiado cambio en su conducta. En el caso de mi hija coincidimos con la pubertad (etapa idiota donde las haya), pero afortunadamente sus resultados escolares son bastante buenos. Incluso se percibe en ella un interés por la lectura que yo daba por descartado incluso estando medicada.
Espero que este testimonio resulte útil a otras personas que, como yo, estarán dando tumbos de un sitio a otro, e incluso medicando a sus hijos con cierto reparo. No duden en investigar las causas, probablemente encuentren algo que puedan solucionar y evitar una medicación que sin duda, a la larga, tendrá sus consecuencias…
Un saludo,
Antonia Martínez.
Albacete.

sábado, 2 de agosto de 2014

113. IMITAR LO QUE ES NATURAL NOS PERMITE AVANZAR




Este texto ha sido enviado por un padre de una niña con lesión cerebral. Tras haber investigado y haber acudido a varios profesionales que buscan reorganizar el sistema nervioso de su hija, el autor nos deja estas sabias reflexiones fruto del trabajo diario durante años con su pequeña.
Pide que se le mantenga en el anonimato, pero agradecemos enormemente su aportación.
¡Gracias!
 
 
Nuestros hijos, como cualquier otra persona, tienen una identidad genéticamente establecida. Por tanto, esta identidad, es invulnerable e indestructible. En ella están definidos todos los procesos de desarrollo del ser humano. Guiando la etapa de gestación, el propio parto y todo lo que posteriormente realizamos y tal como lo realizamos. Nuestro desarrollo, sigue unas etapas genéticamente definidas y una lesión cerebral o cualquier otra situación que dificulte o bloquee parte de este desarrollo, nunca podrá llegar a afectar ni alterar nuestra identidad genética ni nuestra inteligencia. Estas son invulnerables. Puede incidir en la capacidad de demostrar ciertas habilidades pero no la potencialidad para adquirirlas.

Nuestra sociedad, ha consolidado con el paso de los años, muchos razonamientos que han marcado criterios para afrontar las situaciones de la vida. Estos los ha establecido, el hombre. Personas a priori muy preparadas, pero esto no quita que otra persona, y más si es una madre o un padre, tenga que dar por bueno, cualquiera de estos razonamientos, sistemas de tratamiento de enfermedades,...., sin hacer un análisis personal; y más tratándose de un hijo. Toda madre, padre o persona en general, sea cual sea el vínculo o parentesco, puede a partir de la vivencia personal, adquiriendo la capacidad de análisis y así poder ir decidiendo lo que más conviene. Es un proceso seguro que requiere unos tiempos. Cada uno necesitará su tiempo. Esto no es importante. Todo lo que previamente habremos hecho o no hecho, habrá sido necesario para a partir de aquellas vivencias, seguir evolucionando y enriqueciendo nuestro entorno y nosotros mismos.

Se habla de la plasticidad neuronal. Esta permite adaptarnos a las situaciones cambiantes de la vida. Cuando un sistema nervioso goza de muy buena salud, pudiendo disponer de la totalidad de sus recursos, la plasticidad fluye sin darnos cuenta. Las habilidades evolucionan en función de las actividades que practicamos y los estímulos que recibimos en cada instante. Cuando nuestro sistema nervioso, está lesionado o por la razón que sea, no puede disponer de toda su composición para hacernos funcionales, la plasticidad neuronal no puede fluir de igual forma. Las oportunidades que todos necesitamos para navegar como un velero sin sobrepasar la línea de flotación, adaptándonos en cada instante a las situaciones cambiantes de nuestro entorno, posiblemente, no serán suficientes para nuestro hijo. La voluntad de que su sistema nervioso evolucione , madure , crezca , buscando abrir todas las puertas para que sea únicamente él , quien con el paso de los años , nos pueda mostrar, hasta donde ha podido llegar en la conquista de las diferentes habilidades ; requerirá un mayor implicación específica y constante . Personalmente pienso que todo hay que hacerlo de manera progresiva. Haciendo un trabajo específico de media hora a una hora diaria, para empezar ya sería suficiente.

Nuestro hijo seguramente necesitará más oportunidades para que su sistema nervioso pueda reorganizarse haciendo uso de la plasticidad neuronal. Estas oportunidades se sucederán en la misma medida que la familia crea en su conveniencia. El camino es largo. Todos lo son. Para afrontarlo con esta implicación tan cercana donde seguramente, nuestras manos empezarán a interactuar con su cuerpo, detectando su comportamiento corporal de una manera más profunda y real; hay que estar muy convencido de que vale la pena incorporar en este ayudar a crecer a un hijo, estos ratos con unas oportunidades de crecimiento diferentes a las que se han producido hasta ahora y complementarias a éstas. Habrá que buscar el suelo como lugar de ocio, juego y trabajo.

Se habla de que la plasticidad neuronal, no es la misma según sea la edad cronológica de la persona. Yo pienso que es posible que algo de cierto haya en esta afirmación. De todas formas, es algo que a mí no me preocupa. Apostar por un trabajo de oportunidades que puedan dar pie a una evolución del sistema nervioso, requiere la implicación y convencimiento de las personas requeridas. La colaboración de nuestro hijo, puede aportar mucho de positivo o puede llegar a dificultar mucho su práctica. Por lo tanto lo más importante será la implicación y convencimiento de todos; padres e hijo (si es el caso). Si el hijo todavía no es consciente de la propuesta de trabajo; habrá que buscar un concepto de juego. Habrá que buscar su motivación a partir de la complicidad en la convivencia y el afecto creando un escenario de juego.
Conozco personas que con una edad por encima de los 60 años, han estudiado la carrera de derecho, o han aprendido a nadar o ir en bicicleta. ¿Si su sistema nervioso hubiera perdido su plasticidad, hubieran podido hacer tal proeza?

La fuerza de voluntad mueve montañas y esta aparece sin buscarla conscientemente, con el convencimiento de lo que queremos que forme parte a diario, durante un rato, del día a día de nuestro hijo.

Si te estiras en el suelo boca arriba y empiezas a reproducir con tu propio cuerpo, lo que hace un niño durante el primer año de vida, comenzarás para traerte manos y pies en la cara y / o boca, realizarás la transición del supino a prono mediante el volteo, dirigiendo la mirada y girando la cabeza hacia un lado levantando el brazo y doblando la pierna del lado contrario, para acabar haciendo el giro de 90 a 180 º. Posteriormente, adoptarás una posición de arrastrar tipo militar o similar con una tendencia a lateralizar un lado de tu cuerpo de forma homolateral. Es decir, pierna y brazo de un lado los flexionarás mientras la otra pierna estará estirada y el otro brazo, apoyado en el suelo dándote una posición estática estable de control. Alternando entre un lado y otro como si la cabeza dirigiera con su movimiento, el resto del cuerpo, conseguirás que todo el cuerpo cambie de posicionamiento y así puedes iniciar el reptado. Posteriormente, superando la presión de la gravedad, te pondrás a cuatro patas y gatearás, podrás sentarte en el suelo. Mientras, habrás estado trabajando la convergencia ocular a la distancia de la lectura y escritura, habrás integrado reflejos primitivos, sustituyéndolos por reflejos motores que hoy te permiten tener la movilidad que tienes y una serie de elementos madurativos intrínsecos. Finalmente te pondrás de pie y aunque entonces sólo dispondrás de los pies para mantener el cuerpo en armonía, habrás durante este tiempo, aprendido todo lo que necesitas para hacerlo y por lo tanto, podrás ponerte derecho solo sin ayuda. Siguiendo la secuencia genética, posteriormente, dado que ya habrás aprendido a comer sólido, llegará el habla, el pensamiento irá evolucionando y te harás grande tal y como lo has hecho.

Bueno, con todo esto, el sistema nervioso durante este tiempo, habrá madurado conjuntamente con este desarrollo funcional y éste se habrá producido gracias a la maduración neuronal correspondiente. Por tanto es un proceso sucesivo retro-alimentario. Como una especia de diálogo entre el cuerpo y la mente. Este es un proceso que la genética ha diseñado así y por lo tanto es inalterable e invulnerable. Cada vez que cualquiera de nosotros hacemos esta secuencia, estamos haciendo un gimnasio para el cerebro. Estamos reforzando una estructura neuronal ya creada que nos permite ser funcionales y por lo tanto es como si fuéramos a reseguir con un color más grueso, cada una de las trazas neuronales que se activan con nuestra funcionalidad.

Si por la razón que sea, alguno de estos movimientos lo hacemos de manera imperfecta, es porque nuestro sistema nervioso no ha madurado con la precisión necesaria para hacer el movimiento perfecto. El cuerpo se articula con estados tensionales diferentes para cada parte del cuerpo, generando complejas cadenas musculares que nos permiten ser funcionales y estas cadenas, fácilmente pueden tender a simplificarse si la madurez neuronal no acaba de alcanzar los niveles precisos.

Como ya he expresado, todo ello no tiene nada que ver con la inteligencia. Esta también es invulnerable. En todo caso puede tener algo que ver con la capacidad de demostrarla.

Por lo tanto, hacer esta mesa de gimnasio, sería hacer un gimnasio para el cerebro abrazando la genética humana.

Me parece muy importante aportar esta visión de la condición humana ya que la plasticidad neuronal que permite adquirir habilidades o perderlas en función del uso que hacemos de nuestro cuerpo, deportes que practicamos en cada momento, o estímulos sensoriales que recibimos; permite también modificar y por lo tanto mejorar habilidades incumplidas.

Como si de un castillo humano se tratara, nuestro desarrollo se produce por etapas y cada etapa, es la base de la siguiente. Como en una escalera, cada escalón que subimos, nos permite afrontar el siguiente.

Es posible que esta escala se haga larga y a veces difícil de subir. Los años pasarán de todas formas y de producirse cambios por pequeños que puedan parecer, aportarán una mejor funcionalidad ya sea interna (digestiva, pulmonar, ....) o externa (sensorial o motora). Por lo tanto estos justificarán el esfuerzo realizado.

Pienso que todo ello son conceptos de la naturaleza. No hablo de cosas extrañas. La reproducción en cautividad de peces, moluscos o los invernaderos, buscan reproducir las condiciones naturales de un hábitat, conocedores de que imitando la naturaleza, las cosas se sucederán tal y como deseamos. No podemos ir en contra de la naturaleza.

Dado que nuestro desarrollo está genéticamente definido antes de nacer y tenemos la capacidad plástica de nuestro organismo para hacerlo efectivo, personalmente, no conozco ningún otro planteamiento en este ayudar a crecer un hijo mejor que el descrito; que complemente la tarea de hacer de madre o hacer de padre. Esta es mi opinión.

Pienso que si nuestro organismo, es capaz de hacer frente desde una perspectiva de auto curación a las heridas de la piel, fracturas óseas, los efectos de los resfriados, disfunciones digestivas,..... Activando mecanismos de defensa como la propia fiebre, entre otros tantísimos, ¿por qué nuestro organismo no debe poder activar estrategias reparadoras para nuestro sistema nervioso? Quizá tan sólo haya que ofrecer un entorno donde las oportunidades se puedan suceder.

Todo lo que he escrito, es fruto de la interpretación personal que hago de nuestra vivencia y de todo lo que he leído, así como de todo lo que nos han aportado aquellos profesionales que nos han acompañado y siguen acompañándonos en este trayecto.

miércoles, 16 de julio de 2014

112. DE UN DIAGNÓSTICO DE RETRASO EN LA MIELINIZACIÓN Y ADELGAZAMIENTO DEL CUERPO CALLOSO, HA PASADO A LA NORMALIDAD



Hola, tengo una niña de 3 años, cuando tenia un año escribi en el blog de Estimulación Temprana y Desarrollo Infantil (http://estimulaciontemprana.fullblog.com.ar/disfunciones_del_cuerpo_calloso_3491189337888.html#C140553539695500) porque a mi hija le diagnosticaron retraso en la mielinización y adelagazamiento del cuerpo calloso. 

Nosotros seguimos los consejos de la autora del blog y permitimos que la niña pasara por todas las etapas del desarrollo el tiempo que fuera necesario, sin presionarla... mi hija caminó a los 2 años y medio y en este momento corre por todos lados!!, en la ultima resonancia que le hicieron salio todo normal, tanto el proceso de mielinización como el cuerpo calloso... por lo que estoy convencida que efectivamente todas las estimulaciones y los consejos ayudaron a normalizar el diagnostico y a que el cuerpo calloso desarrollara sus fibras.

Actualmente mi niña está en el jardin, aun no habla pero entiende  todo lo que le decimos y su proceso cognitivo es muy normal para su edad, por lo que tenemos toda la fe en que dentro de poco empezará a hablar, en el momento en que esté preparada para ello.  Espero haber contribuido con mi aporte a las familias que tienen un niño con un diagnostico similar.

María

jueves, 10 de julio de 2014

111. ES UNA GRAN FELICIDAD VER LOS RESULTADOS EN MI HIJA



Fabiana una niña actualmente con (2 años y 7 meses), Valiente, Fuerte, Luchadora, a la hora de su nacimiento el parto fue mal atendido por lo que ella tuvo falta de oxígeno de 2 horas aproximadamente estamos hablando verdaderamente de un Milagro , La falta de oxígeno le ocasiono un retraso psicomotor de 1 año  aproximadamente, Al año exacto de vida mi hija no giraba, no se sentaba sola , no llevaba una galleta a su boca, no gateaba, no se podía parar mucho menos  caminar, es cuando decido llevarla al pediatra e insistirle ya que Fabiana era una bebe muy gordita todos los médicos me indicaban que era la obesidad que no la dejaba avanzar , pero dentro de mi y mi corazón de madre sabía que eso no era , al verla el nuevamente me da la razón y me indico lo de su retraso psicomotor es cuando el decide mandarla a estimulación temprana y terapia física , cuando la terapeuta Física evalúa a mi hija y me indica que ella tiene Hipotonía Muscular(Tono muscular bajo), yo decido buscar información sobre esto y me doy la sorpresa de encontrarme en internet con Rosina Uriarte le escribí en mi desesperación no sabia que no era de Costa Rica y ella me responde que ella no me puede ayudar porque vive España, me mando unos tips por correo de como ir ayudando a mi hija mientras me ayudaba  a conseguir  un colega en Costa Rica que diera la terapia , y es cuando llega a nuestras Vidas  Annette Loynaz  y nos ayuda con la Terapia de Movimiento Rítmico, Excelente terapia ,sumamente feliz de haberme enterado de ella ya que debido a ella obtuvimos todos los siguientes logros.

Asistimos a Terapia por primera vez el 20 de diciembre del 2012 (1 año y 1 mes),  para ese mismo dia de terapia mi hija Fabiana sale de terapia diciendo adiós perfectamente con sus manitas y en cuanto llegamos ala casa empezó a girar, para mi una gran felicidad ver los resultados en mi hija , asistíamos a terapia cuantas veces fuese necesarias y lo que Annette nos indicara, asi 3  meses después (1 añoy 4 meses) se sento sola por primera vez , luchamos porque gateara y asi fue  4 meses después  (1 año y 8 meses) y de lo que resta de tiempo  mi hija se puso de pie , se agarraba de las silla y decide caminar  ayudándose de un mueble y asi hasta que el 24 de febrero del 2014 (2 años y 3 meses) logra caminar por si sola.

Gracias a Dios ,  Annette Loynaz  y  la constancia de mi parte, la perseverancia , lucha y valientia que caracterizan a mi hija es lo que hace que  hoy por hoy  los médicos me indiquen su asombro de que verdaderamente aún no se explican cómo Fabiana en tampoco tiempo logro tantísimo y mi famila y yo sumamente felices y agradecidos de ver a nuestra hija tan bien a nivel de todas sus áreas.

Gloriana (Costa Rica)

110. EN LAS ISLAS CANARIAS TAMBIÉN HAY ALTERNATIVAS, SÓLO HAY QUE BUSCARLAS


 
En las Islas Canarias también hay alternativas, sólo hay que buscarlas.

Hace tiempo que leo este blog y creo que ya ha llegado el momento de que yo también participe para contar mis experiencias.

Soy madre de un niño que acaba de cumplir seis años y al que, teniendo sólo dos añitos, un neurólogo le diagnosticó un trastorno generalizado del desarrollo (TGD).Después de hacerle todo tipo de pruebas y de que todas salieran “bien”, necesitábamos saber qué era exactamente lo que tenía el niño para así poder buscar un tratamiento. Cuando tenía casi dos años y medio una psicóloga le diagnosticó autismo y empezó un tratamiento psicológico cognitivo-conductual en su gabinete. Después de varios meses siguiendo esta terapia a diario, no veíamos avances significativos en el niño. Entonces, y desoyendo los consejos de la psicóloga que me decía que no buscara información en internet porque se decían muchas cosas y no debía darles crédito, pasé muchas horas buscando alternativas, seleccionando información; necesitaba algo que poder ofrecer a mi hijo.

Encontré información sobre asociaciones, programas, métodos, terapias..., pero todo estaba en territorio peninsular o en otros países. Y es que aún no he dicho que vivo en Gran Canaria: ¡Vaya problema!. Además, sólo hacía varios meses que había dado a luz a mi segunda hija.

Pasó el tiempo, mi hijo no avanzaba y no sabía cómo ayudarle. Me habían convencido de que estaban dándole toda la ayuda profesional disponible, ya que además de la terapia cognitivo-conductual, también recibía una educación adaptada a sus necesidades en un colegio de educación especial y logopedia dos días a la semana.

Sin embargo, hace un año aproximadamente, llegó el momento en el que yo di un paso adelante. Retomé de nuevo la búsqueda en internet. Leí las experiencias publicadas en este blog tan fantástico y eso me animó a seguir con la investigación. Esta vez sí dio sus frutos: ¡encontré las alternativas que buscaba en las Islas Canarias!.

Empezamos con la terapia de integración sensorial en el gabinete de estimulación infantil de Christelle Cuenot. Le ayuda a integrar los estímulos que sus sentidos perciben y que su cerebro no es capaz de procesar adecuadamente. El niño ha mejorado mucho y también nuestra calidad de vida. Nos ha ayudado y orientado muchísimo.

Llevé al niño a la Clínica Biomedik en Tenerife donde el Doctor Cubrías, especialista en Medicina Ortomolecular, le está tratando una candidiasis intestinal y la eliminación de metales pesados de su cuerpo. Ha bajado de peso, ya no tiene diarrea, come y duerme mejor, está más tranquilo y enferma con menos frecuencia.

También hacemos Floortime, de lo cual me siento particularmente orgullosa, ya que yo tengo mucho que ver aquí. La terapeuta del Centro MOA me enseña a jugar con mi hijo para ayudarle a ir avanzando en su desarrollo, pero no le forzamos a nada, es él el que elige los juegos y nosotras participamos en ellos para fomentar la comunicación y la interacción.

El último paso ha sido acudir  al Centro de Psicología Estimúlale para realizar el Método Tomatis. Aquí también puedo acompañar y jugar con mi hijo mientras recibe las sesiones de escucha. Ha hecho ya tres fases y puedo decir que el niño ha experimentado mejoras y avances que hace un año eran impensables.

Para resumir, en el último año y gracias a estas terapias mi hijo ha conseguido mejoras que no llegaban después de más de dos años de terapia cognitivo-conductual (la única válida, según las investigaciones científicas). Estas terapias han conseguido mejorar su salud, su alimentación, su comportamiento, su atención, su descanso nocturno, el control de esfínteres, la comunicación (que todavía no es verbal, pero ha empezado a señalar y a mirar a otras personas cuando quiere algo), su psicomotricidad, su juego (que cada vez es más funcional), su planeamiento motor,...

Para su famillia todo esto significa mucho. Ha mejorado nuestra calidad de vida, pero, sobre todo, es un punto de partida, ya que ahora sabemos que estamos en el camino correcto y que veremos más avances en este pequeño, que hasta hace un año estaba estancado y perdido en su mundo.

Quiero dar las gracias, de todo corazón, a todos los que han participado en  este cambio y animar a quienes, como yo, se vean sin posibilidades de cruzar este inmenso Océano Atlántico.

Dejo los datos de contacto con  los centros que he nombrado por si consideran conveniente añadirlos a los que ya aparecen en su blog.

De nuevo, mi más sincero agradecimiento.

Elisa (Gran Canaria)

  Gabinete de Estimulación Infantil Christelle Cuenot


Clinica BioMedik

Calle Alonso de Castro , 1 Ofc. 206 , Edificio: Cinelandia, La Cuesta - La Laguna, 38320

Phone: 922265897 – 619534920                 http://www.clinicabiomedik.com/

Centro MOA - Afecto en Movimiento (Floortime). Las Palmas de Gran Canaria.


 c/ Pimentero, 31 Local


  Zona C.C. Las Ramblas



 
  Centro de Psicología y Educación "Estimúlale" 

  Las Palmas de Gran Canaria:     C/ Pino Apolinario, nº8  Tfno: 619 586 315

http://www.tomatislaspalmas.com/  e-mail: info@tomatislaspalmas.com

  Santa Cruz de Tenerife: C/ Álvaro Rodríguez López, nº30  Tfno: 676 270 874

http://www.tomatistenerife.com/      e-mail: info@tomatistenerife.com

domingo, 27 de abril de 2014

109. ¡NO TE CONFORMES CON LO QUE TE DIGAN LAS TERAPIAS/PROFESIONALES OFICIALES!


Buenos días, soy madre de un niño con Trastorno Específico del Lenguaje mixto (comprensivo-expresivo), mi hijo estuvo 18 meses en Atención Temprana recibiendo las llamadas terapias oficiales (logopedia, psicomotricidad y psicoterapia), avanzaba sí, pero muy lentamente, al final y por una serie de circunstancias muy largas de mencionar, decidí sacarlo de Atención Temprana a los 5 años y dirigir su recuperación yo (la persona con el mayor interés en el mundo por su mejoría) y aunque supuso un fuerte impacto económico en casa, comenzamos junto con la terapia oficial por excelencia para niños con problemas de lenguaje (logopedia) a buscar entre todas estas terapias llamadas “alternativas” . El resultado: ¡mi hijo avanza mucho más rápido! Estamos acabando la primera fase del método Tomatis y creánme, el niño está más hablador, más curioso, más (como digo yo) “entre nosotros”, más maduro. Pero no sólo hacemos Tomatis, también hay otras terapias que le están ayudando: Terapia de Integración Sensorial, Terapia de Movimientos Rítmicos y Reflejos primitivos, método SENA (Sistema de Estimulación Neuro-Auditiva), etc. Estas terapias las iniciamos en junio del 2013 y en octubre de ese mismo año nos reunimos con su Maestro y nos dijo que veía al niño muy bien, aún muchas cosas pendientes de trabajar pero, los objetivos que pensaba alcanzaría a mitad de curso, ¡ya los había conseguido! y que quitando su falta de atención, podía realizar todas las tareas como el resto de la clase.
Se critica que todas dicen que pueden ser usadas para trabajar casi todos los problemas, y eso es así porque todas ellas lo que hacen es trabajar el Sistema Nervioso Central, que en los niños con problemas la mayoría de las veces está desorganizado o inmaduro, y si no hemos construido unas buenas conexiones neuronales (unos buenos cimientos) no se puede acceder a los niveles superiores, primero andar, luego hablar y por fin pensar.
También se comentan que son terapias caras, ¿y los logopedas o psicólogos oficiales no son caros? Yo pago 300.-€ al mes por la logopedia de mi hijo (por hora y media a la semana) y según los días del mes he llegado a pagar 375.-€!!! El psicólogo que diagnosticó a mi hijo (uno de los mejores de España) por una sesión de 3 horas me cobró 380.-€!!!! Que todo lo pago muy a gusto por mi hijo y la profesionalidad y calidad tiene un precio, pero no me pongan como uno de los problemas de las terapias alternativas ese porque por ejemplo la Terapia de Movimientos Rítmicos la haces tú en casa (son ejercicios de psicomotricidad para estimular el cerebro) y vas a revisión cada 2 meses y medio y pagas 40.-€ por visita, si voy 5 veces al año son 200.-€ al año, que divido por 12 meses sale a unos 17.-€ por mes, vamos regalado… y confirmo que sí, que funciona, al menos en mi hijo. Lo que sí es verdad es que eso de que al mes ya ves mejorías en mi caso han tenido que pasar 5 meses (salvo en Tomatis, que antes de acabar la primera fase ya he visto mejoras).
Otra cosa que quería añadir es que todas esta terapias alternativas se basan en estimulación, estimulación y estimulación a través de ejercicios, música, canciones, pero ¡Nunca! utilizan fármacos o drogas, cosa que las terapias oficiales sí y a mi modesto entender un cerebro que está en pleno desarrollo meterle drogas me parece una aberración y eso sí que es verdaderamente peligroso… Ojo, habrá casos en que no quedará más remedio, como en todo, pero ¿porqué no probar antes algo inofensivo y si no da resultado probar con lo peligroso?. Eso sí, todas estas terapias no son automáticas y detrás de ellas hay mucho trabajo y esfuerzo,a veces son años de terapias, ¿pero los fármacos no son en algunos casos para toda la vida?. Indicar que en el caso de Tomatis, a mi hijo ya le he notado cambios a las 30 sesiones de tratamiento y eso me da esperanzas y me reafirma en seguir adelante.
Para acabar, parece ser que en algunas terapias se han intentado hacer estudios científicos serios (de Tomatis y de Integración Sensorial hay alguno publicado incluso en revistas oficiales) pero esto es muy difícil porque los casos son muy heterogéneos y los modos de tratamiento son tan individuales y específicos para cada caso que parecen no cumplir los requisitos mínimos que se exigen. Además indicar que cada niño es un mundo, lo que puede ir bien a uno a otro no le hace efecto, y eso pasa con las terapias alternativas y con las oficiales. No hay nada milagroso, todo es a base de trabajo y constancia.
Así que mi consejo como madre para todo el que lea este comentario ¡NO TE CONFORMES CON LO QUE TE DIGAN LAS TERAPIAS/PROFESIONALES OFICIALES! busca, investiga y si no resulta peligroso para el niño ¡pruébalo! el no ya lo tienes de antemano (y dale tiempo, al menos 4 meses realizándola), lo único que puede ocurrir es que te sorprendas y tu niño mejore…
Perdón por la extensión del comentario pero no podía por menos de romper una lanza en favor de las terapias que tanto están ayudando a mi hijo y que podrían ayudar a tantos otros niños…
Un saludo a todos. Gloria

martes, 8 de abril de 2014

108. INVESTIGAR LAS CAUSAS Y EVITAR LA MEDICACIÓN EN EL TDA-H


Testimonio tomado de la página de PILAR VERGARA

A quien pueda interesar:

A través de estas líneas, solo pretendo contar mi experiencia (mejor dicho, la de mis hijos), después de que los mismos hayan finalizado su terapia visual:

Soy madre de 2 niños, de 14 y 12 años de edad respectivamente. Los dos han sido diagnosticados de TDA, la mayor con hiperactividad, y el menor, sin ella. Con ambos he tenido problemas de consideración en el colegio, afortunadamente sin fracaso escolar, pues tengo la suerte de que los dos son inteligentes y aprenden casi del aire, pero ello no ha impedido que en el cole se hayan visto relegados como los malos, traviesos, molestos, etc.… en el caso de mi hijo, con 9 años, le calificaban como el ”vago-revago”. Obvio decir como estaba la autoestima de mis hijos…, por los suelos.

Después de acudir a un gabinete psicológico con mi hija mayor (entonces tenía 9 años), de rellenar unos cuestionarios (padres y profesores) completados cuando más cabreada estaba con la situación, y de pasar la niña unos Test DSM, fue diagnosticada de TDAH. Al día siguiente ya le había prescrito medicación (Concerta). Lógicamente, comencé a darle la medicación, pensando que servía la solucionar un problema. Con el tiempo observé que sólo servía para mitigar y camuflar algunos síntomas (sobre todos el exceso de actividad física) pero continué medicándola por prescripción médica.

Poco tiempo después empezaron a surgir los problemas con mi hijo (en torno a los 8-9 años), actué de forma diferente (ya se sabe, de los escarmentados nacen los enseñados…). También fue diagnosticado de TDA (sin hiperactividad), a través de los cuestionarios y test DSM. Pero en este caso actué de forma diferente: me dediqué a buscar las causas del problema y soluciones, y no me fijé tanto en los síntomas.

Después de dar muchas vueltas, tuve la suerte de dar en mi ciudad (Albacete) con una Optometrista Comportamental que profundizó en los problemas de mi hijo, evidenciando la necesidad de una terapia visual que después se complementó, a raíz de una consulta con un prestigioso Neurólogo catalán (Dr. Ferré), con un tratamiento para integración de reflejos y estimulación del cuerpo calloso del cerebro para tratar el problema de lateralidad que se evidenciaba como causante de base. Todo se complementa con tratamiento psicológico para mejorar la autoestima del niño, ejercicios de atención y favorecer sus relaciones sociales, pues no olvidemos que a los 10 años la autoestima del niño era prácticamente inexistente, hasta el punto de adoptar la decisión de cambiarle de colegio, lo que fue un acierto.

Afortunadamente, la terapia ha comenzado a dar sus frutos y hemos evitado, en el caso de mi hijo, la medicación.

Tal es el caso que, a pesar de que mi hija estaba medicada y obtiene buenas notas en el cole, también en su caso he preferido profundizar en las causas del TDAH para buscar soluciones. Consulte con la Optometrista y con el mismo Neurólogo, quienes, después de muchas pruebas, me confirmaron casi lo que ya sabía: mi hija no tiene TDAH, ni existe motivo para medicarla con anfetaminas a diario (después de tres años de medicación). Tan sólo evidencia un problema de visión muy considerable (y tratable con la terapia visual oportuna), además de un problema de bloqueo probablemente causado por el excesivo estrés que sufrí durante la gestación de mis hijos y en sus primeros años de vida, causado por la pérdida de una hija anterior: los hijos no son ajenos a nuestros miedos y a nuestro estrés, incluso desde el momento de la gestación.

Actualmente, mi hija de 14 años ha finalizado su terapia visual y yo le he suprimido la medicación sin haber notado demasiado cambio en su conducta. En el caso de mi hija coincidimos con la pubertad (etapa idiota donde las haya), pero afortunadamente sus resultados escolares son bastante buenos. Incluso se percibe en ella un interés por la lectura que yo daba por descartado incluso estando medicada.

Espero que este testimonio resulte útil a otras personas que, como yo, estarán dando tumbos de un sitio a otro, e incluso medicando a sus hijos con cierto reparo. No duden en investigar las causas, probablemente encuentren algo que puedan solucionar y evitar una medicación que sin duda, a la larga, tendrá sus consecuencias…

Un saludo,

Antonia Martínez. Albacete.